Enamoramiento . . .

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 Enamorarse es uno de los actos más humanos que pueda existir. Nadie es inmune a los encantos del enamoramiento, así como tampoco resulta fácil escapar a sus influjos. Todas las áreas del conocimiento humano han hablado sobre el tema; desde las disciplinas literarias como la poesía que ha descrito al amor en todas sus expresiones, describiéndolo en todos sus toques de colorido humano, hasta ciencias tan exactas y pragmáticas como la Bioquímica, que ha hablado del enamoramiento como una especie de disparedero hormonal en el que intervienen diferentes sustancias químicas que convierten el cerebro humano en un jardín lleno de flores.

¿Qué se siente estar enamorado? Bueno, en realidad existen diferentes versiones sobre el hecho. Si seguimos en la onda cientifíca, existe literatura médica donde se describe al proceso de enamorarse como muy similar a un estado de euforia, casi bordeando la locura. Incuso, existen estudios que comparan los procesos cerebrales desencadenados a raíz de enamorarse, con el del consumo de estupefacientes, dado que exitan las mismas zonas cerebrales. Claro está, lo decimos salvando las distancias existentes entre dichas acciones sólo para hacer esta comparación.

Para añadirle más pragmatismo a la teoría, se estableció también que el enamoramiento tiene fecha de vencimiento. Muchos esbozarán una sonrisa al leer esto, pero los mismos estudios científicos refieren que el enamoramiento tal como lo conocemos con todos sus síntomas más evidentes, dura un promedio de tres años, tiempo después del cual viene un período de estabilización donde cesa el apasionamiento inicial, y se da paso a otro tipo de sentimientos, que son los que en realidad terminan de apuntalar la relación.

Y es aquí en donde entra en juego el tema del amor duradero sobre bases sólidas. Y curiosamente, dichas bases son absolutamente subjetivas e intangibles, pero de un poderoso afecto consolidador: el respeto, la toleracia, la comunicación, la confianza y cualquier otra cualidad de relaciones humanas que se le quiera añadir. Podemos asumir entonces ue los intercambios químicos y la falta de juicio que se generan gracias al enamoramiento, son sustituidas paulatinamente por el reforzamiento positivo proveniente de otras acciones muy diferentes a la mera pasión.

Aclaremos antes que nada que no existe la pastillita del enamoramiento. Y ningún manual de ciencia podrá explicar completamente el porqué nos enamoramos. Aún en estos tiempos de información y tecnología a toneladas, todavía siguen surtiendo efecto, las viejas maneras de formentar el enamoramiento. Nadie dudaría de la efectiidad de regalar un ramo de flores sin que medie motivo para ello. O lo bueno que puede ser para el corazón una charla en pareja, con un café de por medio. Y acciones tan sencillas como salir juntos o compartir una actividad, son eficaces potenciadores del enamoramiento. Además no se necesita ser un genio para aplicarlas, sino simplemente estar enamorado.

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Bueno, lo primero que debo decir es que el texto de arriba pertenece a una columna de un periodico local llamada "Cazando Moscas" por Jesús Millán. Coloque el texto porque de un tiempo para acá, coincido mucho con sus opiniones. Algo me dijo que colocara "Enamoramiento" y así lo hice. Lo puse en salud y tiene  como cabecera la foto de un cielo estrellado porque simplemente no puedo darle cohesión a las cosas que publico lol.

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